15 julio, 2022
Deducciones fiscales gracias a la vivienda eficiente
Ahora, las obras para rebajar el consumo energético en nuestros hogares permiten deducciones fiscales de hasta el 60% de las cantidades invertidas.
Ya no quedan argumentos para decir ‘no’ a la eficiencia energética o, lo que es lo mismo, para decidir consumir menos energía a la hora de conseguir calor, frío o agua caliente en nuestros hogares. ¿Por qué? porque llegan ayudas económicas que nos facilitan este cambio responsable.
Ya sabemos que consumir energía tiene una preocupante cara B: el perjuicio del medio ambiente, en forma de calentamiento global, y sabemos, también, que los combustibles fósiles que utilizamos para conseguir energía (petróleo, gas y carbón) se acabarán algún día.
De ahí la importancia de subirnos al carro de la eficiencia energética, que busca conseguir los mejores resultados con menos cantidad de energía, sin que empeore nuestra calidad de vida.
Para animarnos a hacerlo, llegan suculentas ventajas fiscales: quien decida hacer obras para mejorar la eficiencia energética en su vivienda habitual o en la que tenga alquilada podrá desgravarse hasta 7.500 euros en la declaración de la renta realizada en 2023.
Por otro lado, las obras en edificios de uso predominantemente residencial podrán acceder a una deducción de hasta el 60% de las cantidades invertidas.
Así pues, analicemos al detalle los tipos de deducciones. Se podrán aplicar tres: en primer lugar, de un 20% por obras en la vivienda habitual que rebajen la demanda de calefacción y refrigeración, con un tope de 5.000 euros por vivienda.
En segundo lugar, de un 40% (hasta 7.500 euros), por obras que reduzcan el 30% el consumo de energía no renovable, es decir, de los combustibles fósiles que ya hemos mencionado (gas, petróleo y carbón) o mejoren la calificación energética a A o B, que viene a ser una ‘etiqueta’ que indica el consumo de energía y las emisiones de CO2 del edificio dentro de una escala oficial.
Por último, se admite una tercera deducción del 60% y un máximo de 5.000 euros anuales (15.000 en total) por actuaciones de rehabilitación energética de edificios residenciales donde caiga el consumo el 30% o se alcance la certificación A o B. Siempre, eso sí, que las obras se hagan en 2022 y 2023 y que este certificado se expida antes de 2024.
En el caso de que sea la comunidad de propietarios quien lleve a cabo las obras, los dueños de cada vivienda se podrán aplicar la parte de la deducción que les corresponda por su participación en el edificio, de modo que todo son ventajas.
Todo ello saldrá de los 6.800 milones de euros de los fondos europeos que el Gobierno de España destina a la rehabilitación de viviendas con el fin de mejorar la sostenibilidad de las ciudades españolas.
Actualmente, según recoge el propio plan del Gobierno, hay 9,7 millones de viviendas en España que necesitan rehabilitación. De éstas, cerca de un millón están en estado ruinoso.
Llegados a este punto, podemos concluir que la mejora de la eficiencia energética solo tiene beneficios: nos permite hacer un mejor uso de una energía que no es infinita sin disminuir nuestra calidad de vida; nos ayuda a reducir el impacto ambiental y, además, nos sale a cuenta a nivel económico. ¿Cómo rechazar la oportunidad?