Domótica: el cerebro de tu hogar

25 agosto, 2022

Domótica: el cerebro de tu hogar

Calefacciones que se programan solas, bombillas que se autoregulan, neveras que hacen la compra, portales que se abren al reconocer la matrícula, alarmas que avisan de la presencia de intrusos… la domótica, ese sistema que te permite controlar aparatos que funcionan por sí mismos desde el teléfono, está a la orden del día. Seguridad, comodidad y, sobre todo, ahorro energético, son las claves.

¿Se acuerdan de aquella película, ‘Minority Report’, en la que Tom Cruise braceaba al aire para controlar pantallas virtuales que anticipaban sucesos?  Pues la domótica viene a ser algo parecido: múltiples aplicaciones que permiten que los aparatos de nuestra casa funcionen solos, de manera automática, anticipándose a nuestros movimientos. De hecho, la palabra domótica viene de  domos, que significa casa, y tica, que quiere decir que funciona por sí sola.

Gracias a ella, nuestra vivienda se convierte en una especie de robot inteligente que obedece nuestras órdenes y además nos permite ahorrar gran cantidad de energía, porque hace un mejor uso de los recursos y porque los aparatos a su servicio, además de inteligentes, son eficientes. ¿Y cómo lo hace? En primer lugar, es necesario contar con una instalación concreta, ya que esta tecnología no viene incorporada de serie. Eso sí, es posible dejar preparada la vivienda para la integración de este sistema a posteriori, sin tener que hacer obra, recablear o sustituir los mecanismos existentes.

Una vez instalado, los equipos electrónicos de la casa reciben señales por medio de wifi, a través de nuestro teléfono o tablet, y ejecutan la orden dada.  Con un buen sistema de domótica, hasta podemos programar la cafetera para tener listo el café por la mañana o ver en tiempo real qué está haciendo nuestra mascota mientras estamos en el trabajo.

También podemos regular la temperatura de nuestra casa para que siempre cuente con los grados perfectos, utilizando persianas eléctricas que suben y bajan dependiendo de las horas el sol, o de un sistema de calefacción o climatización que se programe para que comience a funcionar a la hora deseada e, incluso, se anticipe teniendo en cuenta la  información meteorológica. De este modo, evitamos consumir la energía justa, lo cual se reflejará también en las facturas.

Asimismo, la domótica es capaz de hacer sonar tu música con tan solo dar unas palmas o una orden de voz y hacer que varíe de un estilo a otro.

Las luces también se encenderán y apagarán solas, y regularán su intensidad depende de lo que estés haciendo, evitando derroches innecesarios.

Los portales de casa también se abrirán solos, una vez que identifiquen las matrículas de tu coche. Y después, al llegar a la puerta de entrada, no te harán falta las llaves porque podrás utilizar la huella digital, la palma de la mano o un código pin a distancia.

Y qué decir de los electrodomésticos. Hoy día, la domótica permite contar con neveras que incorporan una cámara para que desde el teléfono veas lo que hay en el interior y… ¡sorpresa! Te preparan la lista de la compra.

Las lavadoras no se quedan atrás en inteligencia. Al introducir la ropa en su interior, seleccionan el programa adecuado y son capaces de administrar tanto la cantidad de detergente necesaria como la temperatura de agua adecuada.

La televisión, por su parte, tendrá muchas más utilidades que la de ver programas. Con órdenes de voz, ofrecerá más información sobre la película que estás viendo, como, por ejemplo, dónde se ha rodado o, incluso, dónde ha comprado la ropa que lleva un actor.

¿Y qué me decís del water? Los inodoros del futuro ya cuentan con calefacción en el asiento y limpieza personalizada, con chorros de agua que sustituyen al papel higiénico.

Respecto al jardín, también existen mil y un facilidades que nacen de la domótica:  sensores que miden la humedad de la tierra, el estado del subsuelo, la cantidad de abono, la humedad ambiental, el oxígeno… todo un sistema orientado a dar a cada planta lo que necesita.

Electrodomésticos conectados

El sumun de los avances en domótica es la interconexión de todos los dispositivos inteligentes  que hay en la casa, de manera que realicen sus tareas por separado, pero mantiendo la coordinación del mejor equipo de fútbol. Imaginemos que tenemos una receta en mente… solo tenemos que decirle al asistente qué receta queremos preparar. A partir de ahí, la nevera apuntará en la lista de la compra los ingredientes que falten y, después, a la hora de preparar el plato, el horno se activará a la temperatura fijada. Al terminar, el lavavajillas tendrá en cuenta lo que se ha cocinado para activar el programa más adecuado.

Protección ante el peligro

Los aparatos con un sistema de domótica están programados para activar sensores de humo, movimiento o imagen, y reaccionar ante los peligros. De este modo, los sensores de movimiento encienden las luces en el momento en que detectan la presencia de alguien y  bloquean puertas y ventanas.

También son capaces de detectar inundaciones, fugas de gas o humo y avisar al dueño. Además, las alertas saltarán ante cualquier cosa anormal que suceda en casa y  apagarán de manera automática cualquier aparato que no tenga que estar encendido, como el congelador, el grifo o un fuego. Imagina, por ejemplo, que estás planchando, la dejas enchufada, te vas a hacer otra cosa y se te olvida apagar la plancha… no sufras, la domótica hará que se apague, evitando accidentes.

Otro ejemplo de domótica que triunfa son las alarmas de casa, capaces de conectarse de manera automática al salir, proporcionar una visión en tiempo real desde el móvil de lo que sucede en el interior y, también, de avisar a la policía y al dueño si detectan la entrada de algún intruso.

Seguridad, confort y ahorro

Los objetivos de la domótica están claros: mejorar la seguridad, ya que te ayuda a controlar los accidentes con fuego, gas o agua, así como la entrada de intrusos; comodidad y confort, porque te olvidas de realizar muchas tareas por ti mismo y te propicia siempre el ambiente más adecuado y, por último y más importante, se traduce en un gran ahorro energético y, en consecuencia, económico.